martes, 22 de febrero de 2022

                                                                                    Fotografía de Antonia Freile



Si me miras, verás que en mis pupilas estas tú y solo tú

 estrella que ilumina mi noche con su luz,

 en mis pupilas, si me miras...  tú y solo tú.


 

 
 

jueves, 18 de julio de 2019

TE ABRAZO CON EL ALMA . In memoriam, Antonio Olivar Freile






Retomo la pluma olvidada en su tintero gris.
Apenas puedo trazar líneas que quieren ser palabras,
o destellos de un eco que no quiero oír.
¡No sé como llamarle a esta partida,
ni cómo dibujarle un sol al instante sutil
que, te arrebató de improviso la vida!
¡Te fuiste Toñin!!

Escribo letras, rayas desleídas en la página
por una lágrima que se deja ir.
Te abrazo con el alma
aunque no te pueda oir.
Inevitablemente, regreso al momento
 realidad o sueño…
en el que la noticia se cuela,
y todo se sucede como en un film.
Es un cuchillo afilado
que cruza el hilo del teléfono, en la mañana
y te araña.
Te abrazo con el alma 
aunque no te pueda oir,
mientras llueven pétalos de mil flores blancas
en la calzada, de una carretera sin fin.

¿Sabes?, ese día heló a treinta grados,
mientras el cuarto oscuro de las ausencias
se hacía sentir un poco más dilatado..

Hoy son ya dos semanas sin ti.
Te abrazo con el alma
aunque no te pueda oir.

No fuiste profeta… fuiste un cometa
de cariño desmesurado,
una estela de risas contagiosas
que el viento aún sigue agitando.

Fijo tu recuerdo en las eras del pueblo,
en un banco, sentado, pensando,
con ese semblante tuyo de niño,
y el contraste de tus ojos claros…

Queda para siempre nuestra infancia como legado.
Los años de encuentro los sábados y domingos,
los viajes largos de las vacaciones de verano...
 Queda, en lo imaginario, 
otro ángel en el cielo
riendo y alborotando.


DAMA DE SEIS








sábado, 23 de febrero de 2019

DIALOGOS CON EL RELOJ X: PUENTES Y MIRADAS

     Se cabalga el viento sin mirar qué queda atrás.
 El agua, las luces, el tiempo arañando momentos en la esquina de una calle vacía,de cualquier ciudad, o las hojas caducas de un cuaderno cuyos versos no se recitaron jamás. 



   Tal vez la ternura no sea más que un relato inventado, 
la puerta de atrás en la que atraparse las manos, 
o la ranura que aboca a un abismo donde coexiste equilibrio y precipicio…  Tal vez.
Un beso,  un beso es un viento suave que lo mueve todo
y te traiciona,

como te traiciona el abrazo que desvanece el invierno,
y  envuelve en agua la nieve, derrite el hielo ...
Todo es río pero el cauce del agua no se detiene. 
Solo se alzan los puentes que después se cruzan, librando batallas con los recuerdos,
a regañadientes,
reescribiendo en la piel y con  tejido nuevo, que el alma siempre baila...
 baila en su silencio.

......

Cruzaré  este río aunque me lastime,
  _ ¿Qué puede ser una raya más, para un tigre?




sábado, 24 de febrero de 2018

Carta para el otro lado



         



    Otro 24 de febrero y como poco, desenvuelvo tu imagen del envoltorio de los recuerdos. Desde este otro lado, desde donde te escribo… ese lado donde se dice que pasan las cosas, poco hay de nuevo. Yo me hago mayor, mama se niega a envejecer y tus nietos van creciendo. El mayor es todo un hombre ya…, porque es ineludible el paso del tiempo.
          Me gustaría decirte que soy muy feliz, sin embargo, algo me die que tú ya sabes cómo están las cosas. Ya ves, sigo siendo aprendiz en este difícil arte de vivir, y quizá, nunca aprenda todo cuanto baste.  Me viene a la memoria, entre las nebulosas de los sueños, una tarde lluviosa en la casa del pueblo. Habías encendido la chimenea y atizabas con las tenazas el fuego… Sobre la mesa había una caja de colores, pero yo hacía garabatos sobre un papel con un lapicero.
    Papa ...
    ¿Qué?
    No, nada.
              No me miraste, pero yo podía ver a través de tus pupilas azules, la danza de las llamas como en un espejo, mientras apilabas las brasas, una a una,  para mantener vivo el fuego. Entonces, sin levantar la mirada, dijiste:   
    Cada cosa que sucede en la vida, viene con una caja de colores de regalo… 
que se ponga rosa, o se vuelva negro, será cosa del lápiz que escojas para pintar.  

Desde entonces, no he dejado de trazar líneas rosa, o nubes azules sobre papeles negros, y aunque es cierto que el negro no desaparece, un poco se suaviza. También es cierto que he matizado con grises algunos papeles blancos… Porque también recuerdo oírte decir, que en la vida,  nada es totalmente blanco o negro…, que en medio, siempre hay un gris.
    Se dice que  el blanco es la ausencia absoluta de color, 
pero en realidad resulta de la superposición de los colores luz, verde, rojo y azul,
 mientras que, el negro, al que se le supone la suma de todos los colores en la misma proporción, 
le basta con el cian, el magenta y el amarillo. 
Resulta obvio entonces, que la vida está llena de colores. 
Ver las cosas desde la prospectiva del blanco  o la del negro, depende solo de ti. 

Parecía fácil al escucharte… Pero he de decirte, papa, que muchas veces no pinto porque el papel ya viene pintado. Que a veces, aunque resulte arriesgado, puedo cambiarle al dibujo algún esbozo, o  entrecruzar nuevas líneas que se abren a los caminos… Pero otras, no sé si las que menos o las que más,  no me queda otra que aceptar los trazos que vienen marcados… Y eso, para qué decirte, que … Me disgusta.
  Esa parte de mí que se aferra a tu recuerdo, sigue llorando por tu ausencia desde el silencio. Pasan los años, pasa el tiempo, se desvanecen los paisajes en el polvo del viento,  pero los rosales que plantaste, a pesar de ser viejos, siguen brotando invierno tras invierno, inmortales, como el halo de tu existencia en la memoria.

Dama de seis