Ellas brotan siempre a pesar de la ausencia y del olvido. A pesar de las largas sequías y de las nieves de los inviernos más oscuros y fríos, asistidas solo por la mano de la providencia.
Sin embargo, como un milagro,
brotan siempre tus rosas en su soledad herida. Brotan siempre a los pies
de los muros quebrados de nuestra casa. Muros quebrados por el exilio, por la
distancia...
Comprendo que tienen alma
cuando abren sus pétalos a nuestro regreso y se pintan de colores, mientras perfuman el aire con su aliento y expanden en
su esencia tu esencia en silencio.
Estas ahí, en esa casa tan nuestra, tan
llena de todo y vacía de ti. Sigues estando ahí, en cada risa en la que se puede leer tu
nombre; en cada rincón desde donde tu mirada celeste planea con su vestido de
ángel.
Contemplo nuestro pozo mágico con los
ojos de la infancia y aún puedo verte, dándole ordenes a los duendes y las
hadas para que pongan orden en el jardín…
Y vuelvo a partir con la nostalgia,
con la añoranza de ti. .. Con la sonrisa de tus labios mientras te escucho decir:
“Vive, vive y se feliz” .
Dama de seis
Maravilloso texto y bellísimas imágenes... Está claro de quien son esas palabras, "vive, vive y sé feliz".
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias queridisimo, Rafael. Ciertamente , son las palabras del Amor más grande y puro, el Amor de nuestros padres.
ResponderEliminarOtro fuerte abrazo para ti.