Si asgo fuego en mis manos
y de céfiro forjo mi armario,
si disuelta entre tu lluvia
como azúcar en el café diario
alcanzo a tocar tu luna
y a pintarle un nuevo trazo.
Si de pronto, soy sin ser,
una fecha en tu calendario…
Si las alas de mi pluma
sobrevuelan por tu patio,
si transitadas tus llanuras
te despiertan de tu expatrio,
¡¿Cómo ignorar su pálpito?!
¿A qué mi piel sin la tuya
en el vértice de este asalto?
Que si me descubres acaso
y me hallas dormida
mitad sueño , mitad lascivia,
crisálida pálida
en tu soledad infinita…
Que despierten tus dedos
el clímax de mi letargo,
que
me acojan tus brazos,
que me arrullen tus labios,
para renacerme en tinta
y fluir,
como el agua,
sobre tus folios blancos.