jueves, 12 de octubre de 2017

QUIZÁ EXISTA

Fotografía de Antonia Freile (Dama de seis)



Más allá de ese horizonte que contemplo,
hija de la nada con los ropajes del viento ,
más allá de las estrecheces del soy y tengo…
solo voy … en este viaje de la vida …
 viaje de ida, que no conoce regreso. 

Más allá de este perfil de aristas
en el  no encajo porque no  pertenezco,
más allá de la muerte en un aura de esperanza,
 quizá un amor de verdad exista
en la piel de los ángeles… o su resonancia.

Quizá un amor de verdad exista
en los que como yo , nacieron en el mundo,
sin tierra, sin patria…
con una sonrisa en los labios y los ojos expectantes
por un abrazo que nunca te alcanza.

Quizá exista ese amor
en esos que como yo, nacieron desnudos,
y calzaron el hambre en su alma. 

En esos que como yo, sufrieron de soledad,
de desarraigo, de nostalgia.

Quizá exista amor
para los que como yo,  sufrieron de incomprensión,
de injusticia, de venganza …

Quizá un amor de verdad exista
en los que como yo, poblaron sus alas de silencios
y pusieron rumbo lejos, muy lejos…
Habitantes de otro mar, dentro… muy dentro.     

Antonia Freile (Dama de seis)


 

viernes, 8 de septiembre de 2017

UNA VENDA EN LOS OJOS DEL ESPEJO






            Llovía. 
Llovía con la misma fuerza que lo hizo en aquellos días y el agua, 
como entonces,   
seguía golpeando en los cristales empañados de soledad,
 con su silencio ronco chapoteando entre los “puede que”, o los “quizá si…”  
Un pensamiento isósceles 
con el primer soplo  de otoño que la envolvía. 
Era el mismo viento húmedo que, 
de nuevo, 
dejaba sentir el quejido acrílico del desgaste que hurga en los bolsillos del alma… 
Era un hilo de recuerdo que la regresaba a aquella noche en llamas y 
al sucederse de cien días apagados… 
¡Los contó!
 ¡Uno a uno los contó como si de un rosario de brumas se tratara!   
Aún le dolían las sandalias del miedo que tanto habían arañado sus pies… 
Sus ojos vendados, heridos por la oscuridad de la incomprensión… 
sus manos atadas con cuerdas de sangre…  
 mientras le vendaba los ojos al espejo y a ciegas,
 para no ver,  
 le preguntaba al espejo por qué.
          Nunca hubo una respuesta. 
Solo una  imagen borrosa de un  “él”  en el ángulo roto que hay detrás de los sueños, 
ese ángulo cuyo umbral, 
el olvido, 
no osaría cruzar.
            Nunca hubo una respuesta,
 solo hubo otros “él”… 
 ¡Tan estúpida y miserablemente iguales! 
Pero no le vendó los ojos al espejo, ni se calzó las sandalias del miedo… 
Bajó a la calle para empaparse de lluvia, 
extender los brazos al cielo y 
volar….
          Alguna vez la encuentro… 
Como un misterio
 adivina mi mirada,
 entonces me mira, 
sonríe, y luego 
se desvanece fragilmente 
 como se desvanecen los sueños.

Dama de seis.

lunes, 21 de agosto de 2017

EL DÍA DESPUÉS DEL DÍA DESPUÉS





                   Sin palabras, con el frío de una lama de acero que interroga sin más respuesta que la herida que agita su alma, Barcelona aún llora. 




              Desde un silencio meditado, observo una lluvia de despropósitos y exabruptos que se cruzan, que se vuelven y se revuelven en las cazuelas de la ira, avivadas por el fuego del odio… Gentes, gentes que quieren explicar lo inexplicable, justificar lo injustificable, sacando punta a cualquier gesto, a cualquier intención, señalando un culpable (para que todo sea más razonable) más allá de la mano ejecutora (sin alma, presumo... Porque hay que abandonar el alma para arrojarse, indiscriminadamente, sobre las vidas de madres, de niños ... y exterminarlas como quien barre la terraza del altillo) que persigue un velo de fugaz gloria, tras el cual, solo queda un velo espeso y negro... Un aura de desprecio y deshonra.

  
 

               Sale el sol en Barcelona, con la sangre de inocentes lavada por las lágrimas que aún se derraman… ¡Ojos con las retinas arañadas, que nunca hallaran la paz del olvido! ... Y la gente habla y habla y habla por hablar o por no estar callada… Hay quienes buscan en la historia un recuerdo de conquista, sin embargo, en mi libro de historia, mi tierra, como otras, fue antes visigoda que musulmana… y siempre fue católica y cristiana aunque por la fuerza fuera tomada…Decir "conquista", es decir sangre derramada. Así que esa, no es la respuesta.
   No les pertenecía y basta ... Otros hay quienes, incluso, rememoran los tiempos de las "Cruzadas" ... ¿Pero acaso no hemos aprendido, nada de nada?








       Luego están los otros, esos que maceran la culpa en quienes gobiernan… Y se quedan, tal cual,  más anchos que largos. Yo me pregunto entonces:
¿Qué pasa con Paris, Niza, Bruselas o Berlín?… Entre otras ciudades no citadas, pero también desangradas, antes que la nuestra.




                Acaso...   ¿No será más acertado creer que un terrorista es un asesino sin más, un desecho que  no tiene nación, ni religión, ni más bandera que la sinrazón…, ni más gloria que su propia muerte?... ¿Puede alguien creer que la sangre de inocentes puede complacer a "divinidad" alguna? ...Si regresamos a la historia, también el cristianismo fue marcado por la Inquisicicón. Fueron tratados de infieles y brujas , y por tanto condenados a una muerte injusta,  todos aquellos políticamente incómodos... Pero crecimos. Evolucionamos.  Creyentes y no creyentes, comprendimos la falsa de su manipulación... Creer en una Entidad Divina, adquiera "Esta" el nombre que adquiera, es creer en el Amor, el Perdón, la Misericordía ... ¡Jamás en sembrar odio y muerte!




              Pero es en la soledad de esas calles de Barcelona, donde mi recuerdo vaga con la ingenuidad de la adolescencia y del primer beso, del primer gran amor, del primer gran sueño… Veo recortes de mi infancia. Veo mi primer día de mujer ... Calles. Calles y calles que me han visto hermana, esposa, amante, madre... Calles que abrieron sus brazos para reir mis alegrías y fueron pañuelo de mis tristezas y decepciones... Hoy soy yo a acoger en mis pliegues, cada uno de sus ángulos... Hoy soy yo a vestirme con sus muros agrietados por el dolor. Hoy soy yo a cubrirme con su túnica de lágrimas, mientras sus parques siguen regalando sonrisas a los niños, en un esfuerzo, titánico, de normalidad. Hoy soy yo a acoger en mi pecho su grito silencioso ...  Y soy yo, una más entre miles, a ponerle voz a su canto de libertad : "No tinc por" 








 … Mientras camino, cabizbaja, con las pupilas impregnadas de imágenes que restarán por siempre en la memoria, donde otros ven heroínas y héroes , yo solo veo vencidos... los unos vencidos por el odio hasta la muerte, los otros vencidos por la muerte absurda de sus seres queridos y que sin duda, generará nuevos odios.
Mientras camino, tengo la certeza de que fue en las Ramblas, pero pudo ser en cualquier cruce de caminos, en cualquier lugar, en cualquier sitio.         
Mientras camino… Con la mirada acuosa, como si fuera el hilo de su fondo marino : 
¡Qué hermosa eres Barcelona!