fotografia de Antonia Freile |
Esos ojos, los míos,
que contemplando el horizonte
se funden extasiados en amaneceres de rosa y oro.
Esos labios, los míos,
que se hunden con el aroma del café
en la tacita que susurra … Su insólito,
carpe diem.
Volver y partir,
partir y volver,
volver y volver,
una melodía que cruje el corazón
como las gotas de lluvia al caer….
Esas manos, las mías,
que ahogan con el aroma del café
el perfume de la distancia otra vez ,
el calor de cada sonrisa que han acariciado,
para quedarse ,
ahora ,
tendidas en su éxodo extenuado…
Son alas que atraviesan un cielo decorado
de frambuesa y
amarillo pálido.
Tentáculos híbridos que configuran lazos,
Y sustentan en la madre al hijo… ambos
caminando,
a lo lejos queriendo… a lo lejos abrigando…
a lo lejos… en un retorno aguardado …
amando siempre,
siempre
amando,
con el aroma del café en los ojos,
en las manos ,
en los
labios.
(Dama de seis)
(Dama de seis)
Un horizonte encendido en el alba, una taza de café... Y la nostalgia penetra en nosotros como si buscara su casa. Así somos todos. Así lo has plasmado, Antonia. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Rafael. Siempre es un placer tu visita. Así somos, así ... Besos.
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