Fotografía de Antonia Freile (Dama de seis) : Naviglio Grande
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Fotografía de Antonia Freile (dama de seis): El callejón de las lavanderas |
Blandamente viaja el agua por el Naviglio Grande hasta la nueva dársena. Con su historia etérea, desleída como la
acuarela de la calle de las lavanderas, fluye la corriente siguiendo el curso
de su memoria.
Tiempos ancestrales en los que
Da Vinci convirtiera los 90 km excavados de sus canales, difícilmente navegables,
tras cruzar más de una veintena de valles, en un itinerario de acceso a la ciudad de Milán;
gracias a un sistema de presas.
Surcaron las aguas de los Navigli navíos
mercantiles, naves de migrantes, los rollos de papel sobre los que el
periódico, El Corriere de la Sera, imprimió su tinta, incluso los mármoles que
los maestros tallaron para la construcción del Duomo… ¡Ah, densa historia! — me digo, mientras mis
ojos se clavan en el fondo y una vocecita dentro de mí me grita en retazos de
vida: “¿No dijiste que no iba a volver, jamás?” . Sin duda jamás es mucho
tiempo y la sangre tira… Tira tanto, que hoy mi sangre me llama a volver.
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Fotografía de Antonia Freile (Dama de seis) |
El canto del ocaso
disipa los colores en brillos incandescentes. Los últimos tenderetes del
mercadillo se han evaporado, las copas de los aperitivos vespertinos se alzan
en las terrazas y se preparan los tambores para danzar en la noche, dándome
cuenta de que, poco queda de aquel Naviglio que conocí y de sus noches de
bohemia.
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Fotorafía de Antonia Freile (Dama de seis) |
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Fotografía de Antonia Freile (dama de seis) |
En un jeroglífico
extraño, alguien me ofrece una copa de licor amargo. Es muy tarde: — Hazlo por
él — me dice.
—
Por él — me digo. Y bebo… Aún sabiendo
que ese trago es otro sorbo de veneno y sigo…. Sigo bailando con lobos.
“Si hoy no fuera hoy, hoy sería
ayer”
Dama de seis.