Fotografía de Antonia Freile
Navegando lunas en un minuto delgado,
con el abrazo silvestre
de un puñado de páginas sin título.
Y me da, no sé por qué,
(aunque sí lo sé)
por contar las estrías
oblicuas que habitan en un pliegue de corazón.
Rompo con palabras
huecas para enhebrar silencios
como vetustos eslabones
que hablan de libertad.
Navegar lunas a contracorriente y en huída,
es como abrazarse a la
niebla en el temporal,
sin más guía que el sueño
húmedo de lágrimas
que dolió los huesos y
enfrió las sienes al despertar.
Y me da, no sé por qué,
(aunque si lo sé)
por trepar al mundo de
los solos
una y otra vez.
Dama de seis
Sí, Antonia, oscuramente sabes porqué. Y por eso lo escribes.
ResponderEliminarSupongo que si, que todo se registra en ese espacio límbico que llamamos insconsciente y que de vez en cuando asoma.
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