lunes, 1 de noviembre de 2010



EL ÚLTIMO SOLDADO MUERTO….

Sintió un golpe seco lacerando cualquier parte de su cuerpo. Era un dolor sordo que le robaba el aliento mientras algo se le rompía por dentro. Ni siquiera le dio tiempo a diferenciar donde empezaba o donde acababa, ese desgarro que impunemente le quebrantaba el alma.
Se sintió solo en la oscuridad blanca, en mitad de todo aquel silencio. Le llevó poco tiempo comprender que sus ojos no volverían a mirase en los de su amada, que no volvería a limar asperezas con su padre, ni abrazar a su madre… a sus hermanas… que se había quedado ahí,  errante por siempre en mitad de la nada.
Y en algún momento, mientras su vida se proyectaba como un film rodado a gran escala, pudo percibir la lanza de lo absurdo como una rebeldía, todo el absurdo de una muerte absurda en un grito que, jamás nadie escucharía. ¿Se puede dejar la vida en una misión de Paz?, ¿Puede llegar la Paz a punta de fusil, entre balas y cañones, ametralladoras y bombas? … ¿Dónde se quedó la Paz? ...
Quizá él, la encontrara en el último halo, cruzando su propia frontera de la muerte… Quizá él,  fuera el último soldado muerto y solo.... Pero, no. Habría un próximo que cayera … ¿Cuánto tardaría? … ¡Ni un minuto! ¡Ni tan siquiera el tiempo que lleva gritar  “No” a la guerra! …
Lástima que pasados los honores, todo pasa y se silencia, que… ¡Mientras exista alguien que empuñe un arma,  habrá siempre otro alguien dispuesto a morir por ella!
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario