viernes, 9 de marzo de 2012

MARINERO DE AGUA DULCE





Si fue demasiado estrecho el cauce de tu río
para la oculta eslora de mi alma,
dime cómo iba a navegar con tino
por  profunda que fuera el agua.
¿Cómo podría marino de agua dulce
asisse a una galera embarrancada
entre los juncos y las hiniestas,
mientras anhela la mar abierta
para perderse en la distancia?
¿Cómo podía yo sofocar el viento
que trombaba en las velas izadas?
Inevitable la fractura de los mástiles
o el desgarro en levar las anclas,
inevitable que sin timón,
sin brújula y sin nada
hacia mar abierta arrumbara…
Le sonríe en un guiño la luna
a la soledad de mi barca
que hoy tiene por asta el alma
y puestas por velas dos alas.

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