Quiero que llueva,
que llueva con fuerza
para que tus labios encuentren los
míos
y se disuelvan,
en nubes dulces,
nuestras bocas.
Quiero retener el instante
que va del respiro al delirio.
El punto equidistante
de tus ojos al suspiro.
El punto,
que pueda contener,
el que tan solo ayer,
fuí en ti, cauce del río
que poco a poco se desborda,
torrente que en escalofríos
se desliza suave entre las rocas.
Como siempre, un placer leerte.
ResponderEliminarIncreible pluma la tuya Dama ¿Cómo haces para que al leerte se sienta todo?
ResponderEliminarGracias mi querida Marganuel. El placer son tus visitas y tus comentarios. Besos.
ResponderEliminarMuy amable querid@ amig@. Creo que a veces basta con escuchar los latidos de nuestro corazón. Un abrazo.
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