miércoles, 24 de abril de 2013

LA LUNA DE FRANCIA






Tu voz me envuelve en este ángulo ignoto.
Ausencia, costumbre a la que no me acostumbro,
cuando mi mirada busca ausente la pupila de tu ojos.
Me abrazo al júbilo de tu cuerpo anclado al mío,
y a la insaciable sed que me conduce hasta tu boca.
Recorro entonces los perfiles en ausencia
entre montañas nevadas, colinas desiertas,
besos furtivos en la luna de Francia
que vieron  su cielo colmado de estrellas.
Y bailo.
Bailo en las cuerdas de tu mirada,
aire en el aire dónde soy respirada.
Y me devuelvo al refugio de tus brazos,
en los frágiles trazos de esta nostalgia
dónde tú eres el cauce … yo, el agua,
que al remanso de tu pecho, con un dedo,
dibuja el contorno de tu alma .


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