Hay un escalofrío en este soplo de viento,
una palidez tibia
al refugio oscuro de unos ojos
a los que les falta el valor para mirarme.
Dime,
¿Qué se siente en doler a otros?
¿Cómo se vive devorando
lágrimas?
¿Cómo es, ser naufrago de sueños rotos?
Hay un leve batir de alas
que parece perder su
sendero
entre líneas,
como un trazo que se templara a fuego
y fundiera en sí, el ser y el verbo
en un infinito de palabras.
Él,
que no comprendió el enigma de las mariposas,
ni el paso de lo efímero a lo trascendente
cuando araña.
Ni el sabor del agua
que entre pétalos resbala
hasta hundirse en la tierra
y mojarla.
"Ni el sabor del agua/ que entre pétalos resbala/ hasta hundirse en la tierra/ y mojarla" Me encanta!!
ResponderEliminarGracias Rafael. Un placer tu visita a mi blog.
EliminarUn fuerte abrazo.
Antonia