Enfrentarse a las fiestas navideñas combinando
trabajo, citas, comidas y cenas, compras, viajes al aeropuerto, y ser al mismo
tiempo madre, hija, médico, enfermera, cuidadora y sobre todo “adivina y
maga” en una unidad de vigilancia intensiva (UVI)
instalada en el comedor de casa,
cargando con un letrero que dice,
“Esto es urgencias: siempre abierto” pegado a
la espalda…
No resulta, digamos fácil.
Eso sin contar mis escapadas a la montaña, porque está claro que, de vez en cuando viene
bien un poco de aire fresco, además, los lugareños siempre tienen cosas que contarte y algunas de ellas resultan ser
de lo más interesante.
¡Ya lo creo!
Debo
confesar sin embargo, visto que los Pirineos, los Apeninos y los Alpes me son
conocidos, que no hubiera estado mal poder escaparse a los Andes. Quizá para el
próximo año, que está aquí mismo, a la vuelta de un puñado de horas…
¡Quién
sabe?!
Un año que termina tan rocambolesco como empezó.
La
última?
¡Me volatizaron los zuecos! Si, ya sé, ya se.
Lo normal es que te volatilicen el coche o la cartera, no?
Pues va a ser que no.
Lo normal es que te volatilicen el coche o la cartera, no?
Pues va a ser que no.
¡Los zuecos!
Ni se
imaginan el “fashion look “que tiene una cuando se viste de uniforme, bata
blanca y botines de tacón cubiertos por unas polainas. ¡Anda que no!. En fin, quienes
me conocen bien, ya saben que mi cotidiano es un repertorio de exotismos y
sobresaltos extremos de pura tragicomedia.
Ah!
Que se creían que mi vida transcurría lo mismo
que este blog, en languidez y melancolía?
Graso error!!!
Como errado sería
creer que las ventanas de este espacio son un mero desahogo.
Puedo asegurarles
que mis desahogos se quedan al margen del ojo público.
Para quienes no lo hayan comprendido ya, que
son pocos,
pero siempre queda algún/a despistad@,
este blog es un portal básicamente
poético o lírico,
como más les guste,
en el cual con frecuencia, practico la
meditación y equilibro emociones para mantener mi propia paz interior…
Por otra
parte, visto que uno de mis legados por
herencia,
es lo que algunos suelen llamar “vena poética”,
esa es y seguirá
siendo, por norma, mi vía de expresión, así se revele en verso o en prosa.
Por lo general, acostumbro hacer balance del año que
termina.
Es entonces cuando me pregunto si he cumplido con los buenos
propósitos de inicio.
Curiosamente, casi siempre, se queda alguno por
cumplir.
Analizando este 2014, durante
el cual, además de trabajar y alcanzar discretos logros,
nada de
extraordinario, no se vayan a creer;
he sido cocinera,
lavandera, planchadora, mediadora, abogado, taxista, rebelde, protestona,
reivindicativa y posiblemente... alguna otra cosa mencionable y no, pero que no
viene al caso;
de lo que no hay duda,
es de que he sido irremediablemente
(como
casi todo el mundo)
una auténtica equilibrista en la cuerda floja de su particular
economía,
y ahí se queda otro…. ¡Anda que no!.
Créanme, no me apetece nada,
pero es que nada de nada, tratar el tema político-económico,
así que, me lo salto.
Es mejor hablar del tiempo, resulta más productivo, porque en cuanto se me
planta en la retina la imagen de un político, sea cual sea su ideología o
bandera,
lo único que me viene en mente, es esa conocida frase televisiva
de:
”Hombre, un poco de por favor”.
¿Cómo?... ¿Cómo? ¿Que si he tenido relaciones, sexo,
o algo parecido? …
Bueeeeeno, este blog no es, no ha sido, ni será precisamente,
“Sexo en Nueva York”
ni “Babilón las Vegas”.
Ya lo habían notado, verdad?
La exposición detallada
de ciertas cosas, con ilustraciones incorporadas, incluso espionaje, se la cedo gustosa a otros personajes que, con
tal de parecer “guays”, no tienen reparo en hacer uso de su intimidad aunque con
ello, vulneren la ajena.
Pura cuestión de ser y estar.
Por mi parte, sigo a pies
juntillas uno de mis lemas favoritos al que me remito año tras año:
“Somos esclavos
de nuestras palabras y dueños absolutos de nuestros silencios”. (Gandhi)
También es
cierto que cada año que se va, nos deja a cada cual,
un mensaje secreto que descifrar,
el mío de este 2014 que se despide, dice algo así como:
“Tomamos conciencia de lo que hemos soportado, cuando decidimos que
ya BASTA”.
Para
terminar,
les dejo una anécdota personal
y reflexiva, con la que desearles a todos
UN 2015 DE ORO:
“Terminada la carrera, las primeras Navidades las
pasé trabajando.
He trabajado muchísimas
más, pero esas solas me bastaron para comprender que aún en Navidad,
la gente
enferma y sufre… Que algunos, incluso nos abandonan para siempre.
Aprendí lo
que significa la rabia y la impotencia de todo aquello que no está en nuestras
manos. Aprendí que Navidad no debe ser una fecha en el calendario,
si no una
actitud con la que enfrentarse a la vida y a los demás los 365 días al año,
pero que a pesar de haberlo aprendido,
no siempre iba a poder o saber llevarlo a cabo.
Aprendí las dos caras de la moneda.
Felicidad.
Ausencia.
Aprendí a reír y a llorar a un tiempo
y a compartir
momentos, inolvidables, con auténticos titanes que
lucharon con uñas y dientes, hasta el último aliento, por un solo día más en sus
vidas;
a ellos les debo parte de lo aprendido sobre la existencia.
Gracias a
todos y a cada uno de ellos.
Gracias a todos los míos, porque los tengo…
Porque con y por ellos (los
unos y los otros) di con la pócima mágica con la que visualizar el verdadero
ORO.
ORO, es mirarse en los ojos de otro y ver en ellos legítimo
Amor.
ORO, es el abrazo de los tuyos. El calor de la
familia.
ORO, es la
mano amiga que se estrecha a la tuya cuando más lo necesitas.
ORO, es la sonrisa de un niño. La complicidad del
amigo.
ORO, es no perder la esperanza nunca.
ORO, es llenarse los bolsillos de ilusión.
ORO, es vivir
y amar con humildad, honestidad y sinceridad.
ORO, es saberse fiel a sí mismo y a los demás.
ORO, es la verdad.
Cuando
el año termina, es momento de vaciar las arcas del ORO para su recuento final… Y aunque nunca
sobre, y de algún saquito algo pueda echarse en falta, debe quedar siempre ese
poquito que basta para volver a sembrar esperanza, fabricar ilusiones, elevar
sueños, estrechar manos, dar abrazos, y desear, que en el año que entra, todas
nuestras arcas sean colmadas.
UN FELIZ
2015 DE ORO