y dibújame sueños en la madrugada …
Antes de que emprenda ese viaje incierto
y donde un día estuve yo no quede nada…
Tráeme la última Rosa del Desierto
y la regaré con la sangre de mi alma,
que a jirones de piel y a contraviento
los lobos atienden a que caiga …
Entre polvo y sangre doliendo
acuden para cebarse las alimañas …
¡Aun no he muerto y ya me tienen la fosa cavada!…
¿Y qué habrá más allá del océano?
¿Quizá Zeus, Neptuno y Morfeo
en un coro de sirenas que cantan?...
No tengo miedo…
Te lo contaré cuando cruce la línea blanca.
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