fotografia de Edgar Nevini Freile
Ventanas…
Ventanas que mudan paisaje en el
suceder de las cosechas.
Acuarelas ocre y oro en otoño y verdes en
primavera.
Acuarelas donde el sol ardiente del estío,
por nieve blanca mutó las palmeras…
Y esa frágil ventana que ni abre ni cierra,
hace acopio de latidos y silencios
en su alfeizar,
de las gotas de lluvia que anegan y ciegan
en tanto que.. las niñas de los ojos
engarzan en collares, una a una sus perlas.
Ventana del alma herida que de sueños teje sus velas
cuando el dolor, como un navío, traza sus
sendas.
Cuando el sentir por sentir tiene un nombre.
Cuando el sentir por
sentir se hace poema.
Y en esa frágil
ventana que... ni abre ni cierra…
tantas lunas sin noche, piel fundida en estrellas,
tantos besos en hilos de promesas,
y tantos... tantos "te quiero"
entre sombras inciertas.
(Dama de seis)
Te muestras en este poema, Antonia, como una música delicada y profunda... "Acopio de latidos y silencios en su alféizar", "cuando el sentir por sentir se hace poema", "piel fundida en estrellas"... Versos que jalonan historia y vida. Palabras fuera ya del tiempo y gozosamente entre nosotros, para disfrutarlas ahora o dentro de diez años... lo mismo da. Poesía con mayúsculas en un texto bellísimo. Abrazos.
ResponderEliminarAgradezco tus palabras, Rafael. Me enorgullecen viniendo de un POETA, con mayusculas, como tú. " Versos que jalonan historia y vida " , esa comprensión pone de manifiesto la complicidad literaria entre poetas y poesía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.