Fotografia : A Freile |
Y de nuevo ese viento que ni la
costumbre, ni la reticencia de la frecuencia mitigan,
se cuela entre los dedos
de las palabras que se inmolaron en la garganta.
Tiempo…Tiempo…
Momentos de miradas que se encuentran y se
abrazan en sus silencios,
mientras que,
el tiempo apremia y poco a poco… Él, se
confunde entre las gentes.
Después,
sus
ojos me buscan mientras se aleja con un gesto cómplice que
desata la tormenta
y nieva el corazón.
Complicidad
que parece crecerse en el espacio que le concedo a sus alas
para extenderse y
volar.
Vuelo de libertad,
aprehendida al amor de los valores del hombre y su existencia…
Apenas
una delicada y pequeña guía que intento aferrar a sus manos para que en
ella,
escriba las letras de su propia vida…
Pero nieva,
nieva en el corazón y el día,
partícipe de ese viento que sacude el alma hasta la zozobra,
se vuelve hibrido
entre rayos de sol y nubes grises.
La primera lluvia de un otoño incipiente con
el húmedo en sus hojas.
El bullicio de las gentes se pierde en
un eco lejano e indiferente...
Pinto margaritas de esperanza en el horizonte
del regreso
y empiezo a deshojar días con palabras:
“ Madre
Hijo
Partir
Volver
Reencuentro…..
¡Siempre... Te quiero!“
Dama de seis
Sensible y bella, conmovedora manera de describir un adiós... Pero no es un adiós, tan sólo un "hasta la vuelta". Abrazos, mi querida Antonia.
ResponderEliminarExacto Rafael, un "Hasta la vuelta" . Los senderos de las idas y venidas no son fáciles de recorrer... A cada partida le sigue la incertidumbre y la añoranza. Sin perder de vista que hay que dar espacio para que nuestros hijos crezcan , hay una realidad ineludible ;" la sangre, no se vuelve agua" .
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Abrazos querido amigo.