miércoles, 17 de febrero de 2016

PRIMERO LLUEVE, LUEGO NIEVA SOBRE EL MAR






        Un martes, un jueves o un domingo quizá, 
 difícil es determinar 
para quien no tiene calendario y los días, 
como hojas de otoño, 
primero florecen y con el viento de la noche se van.
      Kilómetros  de carretera 
encadenados a las ruedas que giran sin parar, 
mientras los caminos se confunden 
en cualquier cruce de cualquier lugar…
       Y llegó al fin… 
A esa playa donde se descuelgan las soledades… 
A esa playa donde… 
Primero llueve y luego, nieva sobre el mar 
como en aquellos ojos de sus veinte años, 
en una Italia profunda y de juegos de azar.
           La vida en un soplo 
y en un soplo 
otros días de carretera 
que arañando inviernos también se irán… 
Y diecinueve mil Kilómetros aún 
en diecinueve mil días  para escapar.
¡Quién sabe de qué huiría y que poco importa ya!
Primero llueve, luego… Nieva sobre el mar. 

Dama de seis





5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Buen...Buen... ¿Puedo interpretarlo como dos veces bueno? jajaja. Muchas gracias por la lectura y el comentario, José Luis.
      Un abrazo.

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  2. ¡Qué sutil pincelada sobre el paso del tiempo!¡Y que melancólica pulsión en el piano de los sueños perdidos! ME ENCANTÓ... Besos, Antonia.

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    1. Gracias Rafael... Eso quise representar precisamente, una pulsión en el plano de los sueños perdidos, sobrevolando sobre ellos como las aves planean los abismos.
      Besos también para tí, Rafael.

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