Fotografía de Edgar Nevini
No me llames fuerte
porque no oyes el grito que araña
esta latomía que me guarda.
No me llames fuerte,
si me hice en silencio impenetrable
tan azul en bruma e impalpable,
a veces brisa a veces aire …
No me llames fuerte
porque no derribas mi muralla
y sigo cautiva de silencios
en mares abiertos sin esperanza…
Más fuerte nos parece la roca
y la lluvia con frágiles gotas
la modela y le
cambia la forma.
No me llames fuerte
cuando ignoras que viento me azota
o qué océano bate en mí sus olas.
Yo no soy fuerte,
Yo sólo soy … sola.
Dama de seis
Impresionante poema, en su desnuda belleza. Detrás de esa bruma azul, atravesando esos mares abiertos... se adivina la autenticidad del ser.
ResponderEliminarGracias Rafael, doblemente agradecida, porque como es habitual en tí, atraviesas esos mares abiertos que delimitan las letras y alcanzas entre líneas lo que se adivina más allá.
ResponderEliminarUn abrazo de poeta a poeta.