Habrás de despertar de este sórdido
sueño
y se fundirá tu mirada en mis ojos
como el mar se funde en el océano.
¿Quién enfrentó la Luna al Sol
cuando puede caminarse el cielo
entero?
¿Cómo puedo explicarle a tu corazón
lo que en la noche con tu alma
converso?
¿Cómo decirte que tengo la llave
de la puerta que cela tus
silencios? ,
que cuando camino
descalza por tus pensamientos,
sin hacer ruido te envuelvo
en el pulsar del agua, la tierra y
el fuego.
Que de mí se enamoró el mar
una fría tarde de invierno,
él le pone brazaletes de coral
a las noches que no te tengo,
me pinta lunas en la oscuridad
y le pone caracolas a mi pelo…
Pero ruge y brama el mar
porque sabe que solo a ti te
pertenezco.
Ruge enfurecido y brama el mar
cuando no puede borrar tu huella de
mi pecho.
Habrás de despertar de este sórdido
sueño
para encontrar en mis manos las
caricias
que disipen tus dudas y sofoquen tus miedos…
Te dejaré entonces navegar
por lo largo y ancho de mi cuerpo,
porque sin agua la tierra es un árido desierto.
Sirena me encontrarás
si tu quieres ser marinero,
pero primero,
pregúntale a tú alma que es lo me
cuenta
cuando tu duermes y ella me despierta.
Pregúntale a tu alma que es lo que
le cuento
cuando viene de noche a mi
encuentro.
Pregúntale a tu alma... tantas cosas que preguntar y tantos silencios que escuchar cargados de verdades que a menudo preferimos obviar.
ResponderEliminarDelicado y precioso Dama.
Gracias por tus cálidas palabras Martin ... muchas son las voces del silencio, pero no hay duda que en ellas se esconde la verdad.
ResponderEliminarBesos.