Hace algún tiempo viajé hasta Rennes le Chateau . ¿Qué fui a buscar allí? … A pesar de que creía saberlo, sólo un año y
medio después, puedo darme cuenta de que independientemente de mi búsqueda, me encontré con las respuestas para lo que no
tenía preguntas… Extrañamente había encontrado un fin para lo
que no tenía un principio….
Cinco días antes de ese viaje, hice otro, breve e
improvisado a un lugar ignoto del que sólo pensaba recabar la fotografía de un
excelso paisaje… Allí encontré un caudaloso río cuyo rumor acompañaba mis pasos,
un lago donde se miraban las nubes, un bosque de musgos, una sombra sin nombre
empapada de lluvia… Un potro en un prado acariciado por el último sol de la
tarde. El negro azabache de la noche
cuando sólo una estrella ilumina.
Encontré un principio de contrasentido para lo que no tenía un fin… Y encontré preguntas.
Preguntas para las que tal vez un día,
encuentre también una respuesta….
Mientras, cada historia sigue su curso como el río y la vida
sigue… conmigo en la cascara de nuez que tengo por navío.
En un lugar tan poético como el que describes quizás las preguntas son en sí mismas respuestas... y no hace falta nada más.
ResponderEliminarGracias Rafael. Las almas poetas tendemos a ponerle corazón a las piedras, eso, no quiere decir que lo tengan, verdad? . Seguramente, otros ojos que no fueran los míos , habrían visto algo muy distinto.
EliminarBesos.